La IA podría acabar con algunos oficios pesados y monótonos en Wall Street
Trabajar toda la noche para preparar presentaciones en PowerPoint. Ingresar números en hojas de cálculo de Excel. Afinar el lenguaje en documentos financieros esotéricos que quizá ninguna otra alma lea nunca.
Desde hace mucho tiempo, estas tareas fatigosas han sido un rito de iniciación en la banca de inversión, una industria en la cima de la pirámide corporativa que cada año atrae a miles de jóvenes por el prestigio y dinero que promete.
O que prometía, hasta ahora. La inteligencia artificial generativa (IA) —la tecnología que está cambiando de manera drástica muchas industrias debido a su capacidad de producir y contabilizar nuevos datos— ya llegó a Wall Street. Y los bancos de inversión, habituados desde hace mucho a los cambios culturales, se están convirtiendo a paso acelerado en la primera prueba de que esta nueva tecnología no solo complementa, sino que podría remplazar grupos enteros de trabajadores.
Los empleos que corren un riesgo más inmediato son los de los analistas del nivel más bajo en el sector de banca de inversión, que dedican muchísimas horas a aprender los componentes fundamentales de las finanzas corporativas, como las tremendas complejidades de las fusiones, las ofertas públicas y las operaciones con bonos. Ahora, la IA puede realizar gran parte de ese trabajo más rápido y con muchas menos quejas.
“La estructura de estos empleos se ha mantenido casi inmutable por lo menos desde hace una década”, señaló Julia Dhar, directora del Laboratorio de Ciencias de la Conducta de la consultora BCG, que orienta a bancos importantes en su experimentación con la IA. En su opinión, la pregunta inevitable es: “¿Se necesitan menos analistas?”.
Algunos de los principales bancos de Wall Street se hacen esa pregunta mientras prueban herramientas de IA capaces de remplazar casi por completo sus ejércitos de analistas, pues terminan en segundos el trabajo que ahora se hace en horas o incluso en todo un fin de semana. Es probable que este software, que se instala en los bancos con nombres en código como “Socrates”, no solo cambie el arco de una trayectoria profesional en Wall Street, sino que, en esencia, elimine la necesidad de contratar miles de nuevos egresados universitarios.
Los altos directivos de Goldman Sachs, Morgan Stanley y otros bancos debaten cuánto pueden reducir el grupo de analistas nuevos, según varias personas que participan en las conversaciones. Algunos empleados de bancos y otras personas proponen la eliminación de hasta dos terceras partes del número de contrataciones de analistas de banca de inversiones de menor categoría y reducir el sueldo de aquellos que sí contraten, en vista de que no tendrán que realizar un trabajo tan desgastante como antes.
“La idea fácil”, explicó Christoph Rabenseifner, director de estrategias para tecnología, datos e innovación en Deutsche Bank, “es sencillamente remplazar a los analistas de menor categoría con una herramienta de IA”, aunque añadió que no dejará de ser necesaria la intervención humana.
Representantes de Goldman, Morgan Stanley, Deutsche Bank y otros bancos afirmaron que es muy pronto para poder hablar sobre cambios específicos en los empleos. Pero Accenture, la gigantesca firma de consultoría, calcula que la IA podría remplazar o complementar casi tres cuartas partes de las horas de trabajo de los empleados bancarios en toda la industria.
Goldman “experimenta con la tecnología”, señaló Nick Carcaterra, portavoz de un banco. “En el corto plazo, no esperamos ningún cambio en el grupo de analistas nuevos”.
Esta semana, el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, escribió en su carta anual a los accionistas que la IA “podría reducir ciertas categorías de empleo o cargos” e identificó a la tecnología como uno de los problemas más importantes que enfrenta el mayor banco de la nación. Dimon equiparó sus consecuencias a las que tuvieron “la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad, la computación y el internet, entre otros”.
La banca de inversión es una industria jerárquica y, por lo regular, el talento joven que contratan los bancos ingresa al cargo de analista con contratos de dos años. Decenas de miles de veinteañeros (egresados tanto de licenciatura como de maestría) presentan solicitudes para cubrir aproximadamente 200 puestos en el programa de cada uno de los principales bancos. El sueldo inicial es de más de 100.000 dólares anuales, sin incluir los bonos de fin de año.
Si perseveran, pueden recibir ascensos y convertirse en auxiliares, luego directores y gerentes generales; unos cuantos llegan a encargarse de una división. Aunque la vida de un banquero de rango superior es agotadora, puede ser glamorosa e incluir viajes por todo el mundo en busca de nuevos clientes, así como trabajar en acuerdos de fusión de empresas de gran valor. Muchos empleados que han completado los dos años del programa como analistas se han convertido en titanes del sector —los multimillonarios Michael Bloomberg y Stephen Schwarzman comenzaron su trayectoria en la banca de inversión—, pero la mayoría abandona la industria al concluir sus dos años o incluso antes, según dijeron algunos representantes bancarios.
Una broma entre los banqueros de menor rango es que una de las tareas más comunes de su puesto es arrastrar iconos de un lado a otro de los documentos y luego regresar el icono a su posición anterior varias veces según se lo pidan.
“Cien por ciento monótono y aburrido”, comentó Gabriel Stengel, quien fue analista bancario y dejó esa industria hace dos años. Val Srinivas, investigador sénior de banca en Deloitte, explicó que gran parte del trabajo consiste en “reunir material, revisarlo y ajustarlo a otro formato”.
Gregory Larkin, otro antiguo analista bancario, dijo que la nueva tecnología hará estallar “una guerra civil” al interior de las mayores firmas de Wall Street, pues inclinará la balanza de poder a favor de los tecnólogos que programan herramientas de IA, en detrimento de los banqueros que las utilizan. Ni qué decir de las gigantes tecnológicas como Microsoft y Google, que les venden licencias de uso de gran parte de la tecnología de IA a los bancos por cuotas elevadas.
“La IA nos permitirá realizar tareas que nos llevan 10 horas en 10 segundos”, aseveró Jay Horine, codirector de banca de inversión en JPMorgan, con respecto al trabajo de los analistas. “Creo que esto hará que el trabajo sea más interesante, eso es lo que espero”.
Goldman Sachs ha asignado a 1000 desarrolladores para que se encarguen de hacer pruebas con la IA, incluido software capaz de transformar lo que llama información de “corpus” —cantidades enormes de texto y datos recopilados de miles de fuentes— en presentaciones de página con la fuente, el logotipo, el diseño y las gráficas del banco. Un ejecutivo de la firma, en una conversación privada, describió la situación como un “momento Kitty Hawk”, un momento que cambiará el curso futuro de la firma.
Un ejemplo de los numerosos proyectos de IA de Goldman Sachs es una herramienta en desarrollo que puede transformar un extenso documento de PowerPoint en un formato “S-1” formal, el documento lleno de términos legales que requieren todas las empresas cotizadas para una oferta pública inicial.
Este software tarda menos de un segundo en realizar la tarea.